San Luis: el consumo de carne cayó hasta un 50%
Esto se debe a los elevados costos. Los puntanos compran menos, optan por cortes más económicos o se inclinan por el pollo y el cerdo.
Según datos oficiales, en un año la carne vacuna aumentó hasta un 125% en San Luis y eso trajo aparejado una caída en el consumo por parte de los puntanos.
El Chorrillero realizó un relevamiento por distintas carnicerías de la capital puntana y según el testimonio de los propietarios y encargados, la merma varía entre un 20 y 50%, según el comercio.
Sin embargo, a pesar de los precios que para muchos resulta "impagable", el producto no deja de ser el favorito en la mesa. En ese sentido, muchos optaron por comprar menos, mientras que otros se trasladan a cortes más económicos, como una forma de hacerle frente a las constantes actualizaciones.
El propietario del Establecimiento y Granja Don Roberto, Martín Dasseto, explicó a El Chorrillero que, a comparación del año pasado, el consumo bajó entre un 35% y 40% en su negocio, ubicado en avenida España y Colón.
“La gente se volcó un poco más al pollo o cerdo, pero en realidad a la carne de novillo no la dejan de comprar, sólo baja la cantidad de kilos que se llevan”, señaló.
La semana pasada arrancaron con la novedad del aumento de un 20%: “Terminó la elección y se vino una cachetada. Ahora hay que actualizar los precios de todo”.
Entre los cortes que más se venden en el local se encuentran la bola de lomo y cuadrada que están en promoción a $750 el kilo. Otro de lo que adquieren muchos puntanos es el asado surtido a un precio de $470 e incluye aguja, paleta y falda.
Para cuidar el bolsillo, la gente también elige el pollo y el asado surtido de cerdo; el primero tiene un valor de $225 el kilo mientras que el segundo es de $400.
Dasseto anunció que antes de fin de año se espera otro incremento: “Ahí se complicará todo porque a la gente no le alcanza”.
Similar fue la opinión del dueño del Mercadito Los Morenitos, Roberto Moreno. En este caso, la caída fue entre un 40 y 50%.
“En estas fechas por lo general uno se manejaba con ocho o diez media reses por semana y ahora estamos bajando al negocio entre cuatro y cinco. Es mucha la diferencia”, señaló.
En el local, los clientes buscan ofertas y en algunos casos escogen los cortes más baratos.
Entre lo más elegido del comercio, ubicado en la Tercera Rotonda, se encuentra la molida común, la aguja y la paleta.
En el caso del pollo, compran pata muslo en primer lugar, le sigue el cuarto trasero o lo que se denomina vulgarmente como “rancho” y finalmente la mitad del ave.
En menor medida, adquieren las costeletas cerdo y luego el matambre del mismo animal.
Por su parte, el encargado de la carnicería El Capo, Cristian Vega estimó que la merma fue del 20%.
“La gente ya no compra como antes, sobre todo los cortes finos, ahora van por los más económicos”, expuso.
Al igual que en otros negocios, la semana pasada registraron incrementos del 20% en la media res y pronostican nuevas actualizaciones antes de las Fiestas: “Hasta el momento no nos han avisado nada, pero se está especulando eso”.
Vega precisó que los cortes más vendidos son la molida común a un precio de $1200 los tres kilos y el asado surtido por la misma cantidad a $1530. Luego, los vecinos consumen la paleta y costeletas de cerdo a $370 y $510 respectivamente.
Finalmente, del pollo prefieren la pechuga con y sin hueso, y la patamuslo.
El encargado de la carnicería del mercadito La Puntanita, Marcelo Seguí, indicó que la disminución en la demanda fue entre el 20% y 25%.
Es por eso que los clientes eligen la molida común a $590, el “puchero” entre $590 y $600 y el hígado a dos kilos por $380.
“La gente se limita mucho por los precios de la carne”, sostuvo Seguí.
Además, dijo que días atrás recibieron la mercadería en el local ubicado en avenida Lafinur y Balcarce con subas y estiman otras para más adelante, pero no tienen fecha confirmada: “Hay una especulación muy grande, a mí esto me complica porque al ser un negocio chico, manejo ciertos números y se sienten mucho los incrementos”.
La patamuslo a $290, la pechuga con hueso a $330 y el filete a $500 son los cortes más elegidos. En el cerdo, aparecen las costeletas en primer lugar a $490 y las costillas a $500.
Martín Jaime, propietario del Frigorífico Lafinur, señaló que, si bien el consumo “se mantuvo”, ahora el "problema principal" son los aumentos: "Veníamos bien pero la suba que se aplica a mitad de diciembre se anticipó un mes”.
Según el comerciante, la variación fue del 25% a principios de la semana pasada de forma escalonada: “Compré varias veces a tres precios distintos”.
“Nos estábamos recuperando con las ventas, porque por seis meses no se tocaron los valores, pero ahora la gente viene con interrogantes. No podemos poner promociones porque no sabemos si mañana tendremos otros valores”, explicó.
En el local, situado en avenida Lafinur, lo que más se vende es la molida común y el asado surtido a $600.
Luego aparecen la patamuslo que los tres kilos cuestan $700 y las milanesas de pollo a $600 los dos kilos. En el cerdo, los clientes se inclinan en primer lugar por las costeletas y luego el asado surtido que se venden a $600.